Esperanza y desesperanza

esperanza y desesperanzaA propósito de una pregunta sobre la desesperanza que me hizo Marialcira en la entrada sobre Emociones y Salud, me pareció pertinente dedicarle algunas entradas al tema. Por (de)formación profesional y luego de tantos años haciendo docencia e investigación, siempre consulto referencias antes de escribir sobre algún tema, lo que me llevó a tropezarme con algunas “perlas” de mercaderes de la felicidad que confunden los codos con las narices y, de paso, le ponen pestañas. Así que empecemos por el principio: las definiciones.

Esperanza

Una excelente investigadora venezolana, Nancy María Morales de Romero, lideró el desarrollo de conocimiento sobre este tema, desde la perspectiva motivacional.

Nancy plantea que la esperanza es una expectativa positiva subjetiva, que anticipa la ocurrencia de algo y agrega que puede ser de dos tipos: activa y pasiva. Denominó esperanza activa a aquella expectativa de resultado que va acompañada por acciones que permitan que eso se haga realidad; esas mismas acciones se convierten en las estrategias que alimentan y sustentan el ciclo. privilegia el actuar para convertir los sueños en realidades. Se muestra en individuos que creen tener una cierta capacidad de predicción y control sobre los eventos futuros, que planifican y ejecutan acciones y confían en que su desempeño se traducirá en los resultados deseados.

La esperanza pasiva, por su parte, se refiere a la creencia de que las cosas ocurrirán simplemente porque son deseadas. Los factores que alimentan esta esperanza incluyen ilusiones, presentimientos, anhelos y deseos.

Desesperanza

Cuando hablamos de desesperanza, como pasa con muchos temas en Psicología, podemos referirnos a cosas distintas, aunque relacionadas.  La desesperanza (hopelessness) puede ser vista como una visión negativa del futuro (pesimismo), y como tal puede ser un síntoma de cuadros como la depresión y otros trastornos del estado de ánimo como la distimia.

Beck desarrolló una escala para evaluar la desesperanza, basándose en el modelo propuesto de Stotland (1969), quien la concibe como un sistema de esquemas cognitivos que tienen en común expectativas negativas sobre el futuro, sea inmediato o remoto. La desesperanza se basa sobre cuatro creencias: a) que nunca se podrá salir adelante por sí mismo; b) que no se tendrá éxito en nada de lo que se emprenda; c) que nunca se podrán alcanzar objetivos importantes, y 4) que nunca se podrán solucionar los problemas que se enfrentan en la vida.

Adicionalmente, también mal-utilizamos el término para referirnos a una teoría de la depresión: la desesperanza aprendida. Y digo que mal-utilizamos el término porque la teoría en inglés se llama learned helplessness y no hopelessnes, por tanto, la teoría realmente debería llamarse de Indefensión aprendida. Sobre esta teoría y cómo explica la depresión hablaremos la próxima semana.

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