¿Qué hacemos con las emociones?

emociones2Uno de los pocos psicólogos que ha recibido el Premio Nobel es Daniel Kahneman. Lo recibió debido a su trabajo en toma de decisiones, proceso que, tal y como mencionaba en la entrada anterior, está influido por las emociones. Por tanto, lo que hagamos con ellas importa para nuestra adaptación, supervivencia y bienestar.

Hay básicamente cuatro cosas que podemos hacer con las emociones: bloquearlas o evitarlas, sentirlas, expresarlas y actuarlas. Lo primero no parece ser una buena idea, pero cada vez más la vida moderna nos lleva a mantenerlas a raya, principalmente cuando son emociones desagradables.

Hay muchas maneras en las que podemos bloquear nuestras emociones. Podemos usar alcohol y medicamentos para anestesiarlas, tratar de evitarlas mientras nos llenamos de trabajo o intentar pensar en otra cosa mientras nos repetimos “a mal tiempo buena cara”. Estas estrategias de evitación de las emociones no conducen a un buen lugar, las emociones son como el agua y buscarán por donde salir.

La segunda cosa que podemos hacer con la emoción es sentirla. Sentir la emoción es un acto íntimo, personal, es identificarla y guardarla para nosotros mismos y aunque parezca fácil, no siempre lo es. Justamente por ese entrenamiento que tenemos en bloquearlas, algunas personas experimentan alexitimia es decir incapacidad para entender las emociones, esto es sentirlas sin poder identificar bien de cuál se trata. En psicoterapia, al preguntarle al paciente cómo lo hace sentir algo, es frecuente recibir respuestas como “bien” o “mal” que nos indica que lo que siente la persona le genera bienestar o malestar, pero también nos puede hablar de su dificultad para identificar sus emociones.

El siguiente nivel es expresarla. Para muchos estudiosos de la emoción, dicha expresión está basada en reflejos y mecanismos innatos. La razón de esta afirmación se basa en hechos como la capacidad de los adultos de identificar emociones subyacentes en la expresión de individuos de distintas culturas; la aparición temprana, durante la infancia, de la expresión de diferentes emociones (risa, aversión, miedo, etc.) ante distintos estímulos y, la similitud en la expresión entre ciegos y videntes.

Expresar la emoción es comunicarla, bien por la palabra o con el cuerpo. Es hacerle saber al otro cómo nos sentimos, lo que permite recibir apoyo, empatía, rechazo o indiferencia, pero en todo caso su expresión facilita la interacción social y las conductas pro-sociales.

Finalmente está la actuación, que indica una expresión impulsiva de las emociones y como tal suele traer problemas por la intensidad y la inadecuación con la que se expresa. Hay muchas maneras sanas y adaptativas de expresar las emociones, e incluso en los últimos años se han desarrollado estrategias de educación emocional que ayudan a aprender a hacer contacto con ellas y expresarlas. Eso se los cuento la próxima semana.

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